La pandemia de la Covid-19 aumentó en un 25% los casos de ansiedad y depresión en todo el mundo, un hecho que reveló la falta de preparación de los gobiernos para lidiar con estas enfermedades.
Dos agencias de la ONU han llegado a una conclusión en común; la depresión y la ansiedad causan una pérdida de 12.000 millones de días de trabajo cada año, lo que genera pérdidas de casi un billón de dólares a la economía mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han llamado a adoptar medidas concretas para abordar los problemas de salud mental en el entorno laboral.
De hecho, la agencia sanitaria de la ONU ofrece medidas para afrontar los riesgos asociados a la salud mental. En primer lugar, recomienda formar a los directivos para que aprendan a evitar los entornos de trabajo estresantes, además de atender a los trabajadores que se sientan angustiados.
Y es que, el Informe Mundial de Salud Mental a nivel global señaló que de las mil millones de personas que vivían con un trastorno mental en 2019, hubo un 15% de adultos en edad laboral que experimentaron esos síntomas, ya que el trabajo agudiza los problemas sociales más importantes que afectan negativamente a la salud mental, como la discriminación y la desigualdad.
EFECTOS PERJUDICIALES
La intimidación y la violencia psicológica actúan como las principales causas de acoso laboral que provoca un impacto negativo en la salud mental. No obstante, manifestar algún problema de salud mental sigue siendo un tabú en los entornos laborales de todo el mundo.
Ante esta situación, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, manifestó que “es hora de centrarse en el efecto perjudicial que el trabajo puede ocasionar en nuestra salud mental”. Y es que, “el bienestar del individuo es razón suficiente para actuar, pero una mala salud mental también puede tener un efecto desgastador en el rendimiento y la productividad de una persona. Estas nuevas directrices pueden ayudar a prevenir situaciones y cultura laborales negativas, y ofrecer una protección y un apoyo a la salud mental muy necesarios para los trabajadores”.
PREVENCIÓN Y APOYO
En un segundo documento, elaborado por ambas organizaciones, se explican las directrices de la OMS para los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, y sus organizaciones, en los sectores públicos y privados. Asimismo, su propósito será apoyar la prevención de riesgos causados por la salud mental e incluso, apoyar la participación de las personas que sufran esos síntomas en el ámbito laboral. No obstante, será fundamental la inversión y el liderazgo para la aplicación de estas estrategias.
Por su parte, Guy Ryder, director general de la OIT, afirmó que es fundamental contar con un entorno laboral seguro y saludable, por tanto, “tenemos que invertir para construir una cultura de prevención en favor de la salud mental en el trabajo, reformar el entorno laboral seguro y saludable. Tenemos que invertir para construir una cultura de prevención en favor de la salud mental en el trabajo, reformar el entorno laboral para acabar con el estigma y la exclusión social, y garantizar que los empleados con problemas de salud mental se sientan protegidos y apoyados”.
Sin embargo, el Atlas de Salud Mental, una publicación de la OMS reveló que solo el 35% de los países aseguraron contar con programas nacionales de promoción y prevención de la salud mental relacionada con el trabajo. Además, a lo largo de 2020, los gobiernos de todo el mundo solo destinaron una media del 2% de los presupuestos sanitarios a la salud mental, lo que evidencia la poca importancia que se le da al tema. @mundiario
Fuente: Mundiario