Al igual que Marjorie Cantillo Romero, muchas personas son víctimas de matoneo en Colombia. Aprenda a detectar a un agresor y frene el acoso.
arjorie Cantillo Romero era una repostera barranquillera que, en mayo de este año, sufrió bullying a través de las redes sociales tras entregar un pudín que no cumplió con las expectativas de un cliente.
La persona a la que Marjorie le entregó el pedido publicó un video en el que comparaba una imagen de referencia con el pudín que le entregó la barranquillera. Este acto desató múltiples comentarios acerca del trabajo que realizó esta mujer.
Fueron tantos los detractores que Cantillo decidió hablar al respecto en su cuenta de Instagram: “Para esas personas que trataron de hacerme daño, les digo que de los errores se aprende y no hay que hacerle el mal a tu prójimo. Hoy pude ser yo mañana puedes ser tú. Dios me los bendiga. Yo soy una guerrera de Dios”.
Aunque recibió miles de críticas y malos comentarios, Marjorie logró salir adelante con su negocio, pues Rafael Caparroso, el actor, le abrió las puertas de la Escuela Chef Caparroso para que hiciera un diplomado en repostería, el cual culminó con éxito y Cantillo pudo seguir haciendo lo que le apasionaba.
Sin embargo, la noticia de su muerte inundó las redes sociales, pues el pasado lunes sus familiares confirmaron el hecho y muchos -quizás por la culpa- se preguntaron si esto se debía al fuerte bullying que sufrió meses atrás.
Los familiares de Marjorie confirmaron que falleció a causa de un paro cardíaco.
Casos como el de esta mujer se ven a diario tanto en la vida real como en redes sociales. Muchos hacen comentarios sin pensar en lo que puede causar en la salud mental de los demás.
Por esa razón te recordamos qué es el bullying para identificarlo rápidamente, si se presenta, y actuar para frenarlo.
Las cifras de matoneo en Colombia son tan alarmantes que un estudio realizado por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana concluyó que “Colombia es el segundo país en Latinoamérica con mayor exposición al bullying o matoneo”.
Un 32% de los estudiantes en Colombia reportó en la prueba PISA haber sufrido cualquier tipo de bullying en su colegio.
Primero se debe tener en cuenta que “las personas que ejercen el bullying también requieren de atención y apoyo emocional por parte de los adultos responsables (en el caso de los niños) y del resto de su círculo cercano”, explicaron las especialistas en salud mental Beatriz Morales y Tania Morales, en una entrevista para El Universal.
“Numerosas investigaciones sugieren que los niños y jóvenes que son víctimas de acoso con el tiempo son más propensos a experimentar depresión, ansiedad y baja autoestima en comparación con aquellos que no son acosados”, explican desde StopBullying, un portal del gobierno de EE. UU.
Para detectarlo, conozca las cuatro necesidades del agresor:
Las especialistas explicaron que los agresores, por lo general, cumplen con ciertas características y desean satisfacer una necesidad:
1. Protagonismo: el agresor tiene la necesidad de ser aceptado por las personas de su alrededor y de que le presten atención todo el tiempo, por lo que suelen hacer cosas para llamar la atención, aunque eso signifique hacerle daño a otros.
2. Sentimiento de superioridad: los victimarios tienen un enorme deseo de ser más fuertes y poderosos que los demás, por lo que usan las “debilidades” o inseguridades de las demás personas para minimizar sus logros y de esta manera suplir su necesidad.
3. Ser diferente: los agresores suelen crear una reputación y una identidad particular en el grupo que les rodea; pretenden ser los más cool y rechazan a quienes van en contra de la realidad que crearon.
4. Llenar un vacío emocional: los agresores, algunas veces, no tienen la capacidad de reaccionar afectivamente ante los estímulos diarios; por el contrario, persiguen constantemente nuevas vivencias y sensaciones que muchas veces logran únicamente cuando crean su propio “espectáculo”.
Teniendo en cuenta estos perfiles, será más fácil identificar a un agresor y frenarlo de manera asertiva.
Cabe aclarar que en muchos casos los agresores fueron víctimas en otros escenarios y al no tener las herramientas para manejar estas situaciones, toman el papel de victimarios. Es una forma de “defenderse” o de evitar que esto les vuelva a suceder, consideran Beatriz Morales y Tania Morales, quienes también mencionan que esta no es una solución válida y que es necesario el acompañamiento psicológico.
Fuente: El Universal