Hablar de depresión: incómodo y necesario

Sentirse a punto de explotar y con ganas de decirlo todo y a la vez no decir nada. Así es la sensación generada por uno de los tantos efectos que tiene la depresión, un tema tabú que se debe poner sobre la agenda pública para hablar verdaderamente de ello, para así pensar en que es necesario actuar y ayudar a aquellas personas que no lo dicen por vergüenza y miedo.

A pesar de ser un tema incómodo, es totalmente necesario hablar de depresión. De la verdadera depresión, aquella que no te deja levantarte de la cama. Aquella que, sin saberlo, te quita las ganas de hacer tus actividades. Aquella que no te permite expresar tus ideas de manera clara y concisa.

Así mismo, el drama no se queda ahí. Va más allá y toca tus relaciones sociales, llegando con ello a alejarte de las personas con las que alguna vez charlabas, de todo y de todos, porque así sientes realmente paz. Pero además porque no quieres que te lastimen, no quieres sentirte herido. Lo digo principalmente porque la depresión suele estar ligada a aspectos como la falta de autoestima, la ansiedad y hasta pensamientos de suicidio, o al menos así lo he sentido en mi vida cotidiana.

Escribo este tipo de columna para hacerles entender a las personas, especialmente a las que se burlan y dicen que quienes sufrimos depresión solamente queremos llamar la atención. Este trastorno va más allá y no se puede explicar con palabras todo el drama por el que tiene que pasar a diario una persona.

De este modo, puedes utilizar todas las palabras habidas y por haber para explicar lo que sientes, y aun así sentirás que faltó alguna palabra: porque son emociones que no puedes identificar fácilmente. Puede que en un día sientas tristeza, desánimo, pero también rabia por situaciones que quisieras cambiar, enojo porque no puedes tener la vida que quieres, por lo que es muy complicado entender hasta tus propias emociones. Si eso pasa en el interior de una persona, las palabras nunca van a ser suficientes para explicar lo que te pasa.

Es más, ni siquiera aquella frase cliché que dice que “todo depende de ti” es necesaria, y solamente lo que quieres es un abrazo o una palabra de aliento, algo que realmente cure o alimente.

Lo anteriormente descrito me hace recordar unas frases maravillosas que alguna vez escuché: “Las personas fuertes siempre están solas. Nunca te piden ayuda, porque ellos pueden con todo… ¿Lo crees? Sonríen mucho, escuchan, observan y callan. Mandan mensajes subliminales que nadie se para a interpretar y cuando gritan lo suelen hacer en silencio, para no molestar”. Termina con lo siguiente: “Las personas fuertes se pasan la vida esperando que las abracen sin pedirlo… Y se cansan, se cansan mucho”.

Así, son muchas frases que cambiarían al menos un momento del día de cualquier persona que sufra de depresión, haciendo con ello que reflexionen sobre situaciones y se animen a cambiar su situación actual.

Finalmente, quiero dejar sobre la mesa este tema tan necesario para que realmente tomemos conciencia sobre la forma en la que tratamos a los demás, tengamos empatía y sepamos que, a pesar de la cara de alegría que mostramos a los demás, siempre hay algo con lo que lidiamos a diario.

Fuente: elespectador.com

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