Cuando creamos una startup, los founders nos exponemos a una constante montaña rusa de emociones, que se mueven entre la euforia de los éxitos y los bajones por aquello que no logramos. Según un estudio de Michael Freeman (profesor de psiquiatría en la Universidad de California y mentor de founders), los emprendedores tenemos un 50% más de probabilidades de tener problemas de salud mental.
Si queremos trabajar en nuestro bienestar, el primer gran reto está en estar presente durante este viaje. Para mí esto tiene mucho que ver con confiar en el proceso y en nuestro trabajo diario. La línea que conecta el punto A (lanzar una startup) y el B (lograr un exit), no es recta (como muchas veces nos quieren hacer creer historias y noticias). En realidad, el proceso es desordenado y complejo, pero en esta parte del medio están todos los aprendizajes valiosos. Scott Belsky lo explica muy bien en su libro, “The Messy Middle”, y nos invita a explorar este desorden, y a mirarlo más bien como una maratón donde vamos mejorando cada vez más como individuos y como empresa.
Otro punto clave, es no temerle a los obstáculos. Como buen estoico, el emperador romano Marco Aurelio decía: “el impedimento a la acción lleva a la acción. Lo que obstaculiza, se convierte en el camino”. De eso se trata emprender, de tener una perspectiva que nos permita mirar nuestros problemas desde un ángulo que los convierta en oportunidades. Si tienes un desafío gigante, siempre puedes abordarlo en pedacitos, no asumir que todo debe pasar al mismo tiempo. El tema es avanzar, un paso a la vez.
Muy relacionado con lo anterior, está el hecho de que la ansiedad es parte de la vida de muchos founders. Queremos todo ahora, nada puede esperar. Esta ansiedad es un motor que nos moviliza, claro, y que muchas veces nos ayuda a lograr nuestros objetivos a una velocidad impresionante. Pero no hacerse cargo del costo emocional asociado también es negativo. ¿Por qué? Porque el bienestar personal de los founders está intrínsecamente ligado al de la empresa y las personas que la componen. Y porque si no estamos bien mentalmente, no podemos ser buenos líderes. En este sentido, encuentra aquello que a ti te sirva para manejar tu ansiedad. La meditación, el deporte y la música son mis preferidos.
Por último, está el reto del autoconocimiento. Mientras mejor entiendas tus propias reacciones, emociones y estados de ánimo, tomarás mejores decisiones y ejercerás un mejor liderazgo. Conocerse requiere mucha práctica y tiempo, puedes probar con journaling (escribir sobre tu día) o con un terapeuta/coach. En esta segunda alternativa, el sólo hecho de hablar ya nos ayuda a elaborar sobre nuestras emociones, y eso nos ayuda a que bajen en intensidad y volvernos más racionales cuando más lo necesitamos. También puedes conversar con otros (co)founders sobre bienestar emocional, de la misma manera en que compartimos continuamente buenas prácticas sobre cómo iniciar y escalar un negocio.
Emprender es un proceso único en la vida, que todos deberíamos tener la oportunidad de experimentar en algún momento. Pero así también, trae consigo muchos momentos desafiantes emocionalmente. Es por igual un viaje profesional como uno personal. La salud mental entre founders no debe ser un tema tabú, todo lo contrario, debemos hablar de esto sin tapujos para enfrentar los desafíos que genera el emprender.
Por Roberto Picon, CEO y cofundador de mudango.com
Tomado de america-retail.com