Para 2019 casi mil millones de personas del mundo estaban afectadas por un trastorno mental. Además, se estima que los trastornos de ansiedad y depresión aumentaron un 25% durante la pandemia. Sin embargo, los países dedican menos del 2% de sus presupuestos de atención de salud a la salud mental.
Casi de forma paralela a la pandemia por coronavirus, autoridades de salud también empezaron a alertar sobre otro problema, incluso mayor, que se venía agudizando: el de la débil salud mental. Aunque se trataba de un tema que se ha identificado mejor con el tiempo, el covid-19, junto a los prolongados encierros, puso de relevancia la poca atención que le préstamos a nuestra salud mental. Pero todo indica que, cada vez, entendemos mejor el panorama. (Le puede interesar: En elecciones no vale la pena romper lazos familiares, cuide su salud mental)
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó el examen más completo sobre la salud mental en el mundo desde principios de siglo. “Este detallado trabajo ofrece un plan maestro a los gobiernos, las instituciones académicas, los profesionales de la salud, la sociedad civil y otros interesados que tengan por objeto ayudar al mundo a transformar la salud mental”, aclara la OMS en un comunicado.
Algunas de las cifras que arroja el documento, titulado Informe sobre la salud en el mundo 2001: Salud mental: nuevos conocimientos, nuevas esperanzas, es que para 2019 casi mil millones de personas del mundo estaban afectadas por un trastorno mental, en el que un 14% eran adolescentes. Mientras, los suicidios representan 1 de cada 100 muertes, en donde el 58% ocurren antes de los 50 años, y las personas con trastornos mentales graves mueren de media de 10 a 20 años antes que la población general.
Y la pandemia, como se dijo anteriormente, empeoró este escenario. “Por ejemplo, se calcula que el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión ha sido de más del 25% durante el primer año de la pandemia”.
Pese a esto, también señala el informe, los sistemas de salud del mundo no le otorgan suficiente atención o recursos. “En promedio, los países dedican menos del 2% de sus presupuestos de atención de salud a la salud mental. En los países de ingresos medianos, más del 70% del gasto en salud mental sigue destinándose a los hospitales psiquiátricos. Casi la mitad de la población mundial vive en países en los que solo hay un psiquiatra por, al menos, cada 200 000 habitantes. Y la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos esenciales asequibles es limitada, especialmente en los países de ingresos bajos”.
Fuente: El Espectador