La pandemia ha afectado a los adultos mayores, pero una reciente encuesta realizada por AARP (enlace en inglés) revela que sus secuelas han sido particularmente difíciles para la comunidad LGBTQ+. Si bien la mayoría de los adultos LGBTQ+ mayores de 50 años dicen tener un alto nivel de bienestar emocional y mental, muchos de ellos reconocen que les ha sido difícil lidiar con sentimientos negativos durante el último año. Aproximadamente la mitad de estas personas dicen tener días en que sienten ansiedad, y un tercio de ellas indican que padecen insomnio o sienten poco interés o placer por las actividades que antes disfrutaban. Además, aproximadamente un 30% dicen haber vivido momentos de depresión.
Estas cifras reflejan lo que los profesionales de salud mental que atienden a la comunidad LGBTQ+ dicen haber observado entre sus clientes. «Antes de la pandemia, nuestra línea de atención a las personas mayores recibía entre 30 y 40 llamadas al mes», afirma Sherrill Wayland, directora de iniciativas especiales en SAGE: Advocacy & Services for LGBTQ+ Elders, un grupo sin fines de lucro que defiende los derechos de las personas mayores LBGTQ+. «Ahora recibimos un promedio de 350 [llamadas mensuales]». Entre los temas que más preocupan a esta población figuran la ansiedad, los problemas económicos, la falta de apoyo social y la inseguridad de vivienda.
Lo bueno es que muchos adultos mayores LGBTQ+, al igual que otros socios de AARP encuestados, parecen ser resilientes. Una de cada dos personas dice tener un alto nivel de salud mental y emocional, y más del 60% expresan optimismo de que mejorarán su capacidad de lidiar con sentimientos negativos durante los próximos seis meses. Sin embargo, «es importante que no dependamos de la resiliencia y que contemos con sistemas y programas que ayuden a los adultos mayores LGBTQ+ a seguir lidiando con algunos de estos sentimientos negativos, para que puedan superar estos tiempos difíciles», recalca Wayland, quien obtuvo una maestría en Trabajo Social.
A continuación se señalan algunos de los hallazgos más importantes de la encuesta de AARP, junto con algunos recursos útiles.
Los adultos mayores LGBTQ+ se preocupan por la discriminación en materia de vivienda
En la encuesta de AARP se determinó que el 41% de las personas LGBTQ+ se sienten al menos un poco preocupadas por tener que ocultar su identidad para poder acceder a una vivienda adecuada a medida que envejezcan. «Hemos visto casos durante la pandemia en los que se rechazó a un adulto mayor que buscaba ayuda relacionada con la vivienda para la atención a largo plazo», afirma Wayland. Por ejemplo, en Maine se dio recientemente el caso de Marie King, una mujer transgénero de 79 años cuya solicitud de ingreso a un centro de vida asistida fue denegada después de que los empleados se mostraron incómodos por el hecho de que King querría compartir una habitación con una mujer.
En otro informe, preparado por AARP New York y SAGE, se reveló que un 20% de las personas mayores LGBTQ+ en Nueva York indicaron haber sido rechazadas por un centro de cuidados a largo plazo a causa de su género o su sexualidad, y casi un 25% sufrieron maltratos físicos o verbales por parte de otros residentes. Con el fin de remediar esta situación, SAGE ha creado una lista de constructores de viviendas amigables con la población LGBTQ+; se puede consultar esta lista aquí. Además, SAGE ofrece una lista de los centros de enfermería especializada y de vida asistida que cuentan con la certificación «SAGECare», que denota que sus empleados han recibido capacitación especial sobre la atención a personas LGBTQ+.
Muchos adultos mayores LGBTQ+ se sienten solos y aislados
«Esta población ya corría un alto riesgo de sufrir de aislamiento y desconexión, y los vínculos sociales que tuvieran estas personas desaparecieron, literalmente, de un día al otro durante la pandemia», señala Steven Haden, director ejecutivo de Envision: You, una organización en Denver dedicada a mejorar la salud mental de la población LGBTQ+. Además, la encuesta de AARP determinó que un 82% de las personas LGBTQ+ se sienten al menos un poco preocupadas por la posibilidad de no contar con suficientes apoyos familiares y sociales a medida que envejezcan.
Sin embargo, cabe destacar un aspecto positivo frente a la COVID-19: el hecho de que muchos adultos mayores LGBTQ+ se encargaron de cuidarse los unos a los otros. Por ejemplo, la encuesta de AARP reveló que un 13% de los encuestados habían empezado a cuidar de alguien nuevo durante la pandemia. «En algunos casos los círculos de apoyo social se fortalecieron aún más, ya que algunas personas empezaron a vivir juntas para poder apoyarse mutuamente», dice Wayland. «Sin embargo, existe cierta preocupación cuando el cuidador es alguien de la misma edad. Si dos personas de 80 años se cuidan entre sí, es una red de apoyo que resulta bastante frágil». Un ejemplo de esto: en la encuesta de AARP, aproximadamente la mitad de los cuidadores indicaron que les falta compañerismo y que se sienten excluidos y aislados. «Debemos tener como objetivo que haya más apoyo entre distintas generaciones», señala Wayland. De la pandemia surgió un nuevo programa, llamado SAGE Connect (enlace en inglés), que pone a las personas mayores LGBTQ+ en contacto con voluntarios para que hablen por teléfono cada semana. «Hemos visto que, a medida que estas relaciones evolucionan, se va dando una conversación que continúa durante toda la semana», dice Wayland.
Más de la mitad de los adultos mayores LGBTQ+ dicen tener una discapacidad
Un 75% de los adultos mayores LGBTQ+ dicen gozar de buena salud, pero más de la mitad afirman tener alguna discapacidad que les impide participar plenamente en el trabajo, en los estudios, en la casa o en otras actividades. Las investigaciones indican que aproximadamente el 44% de los adolescentes LGBTQ+ dicen haber tenido experiencias adversas en la infancia, las cuales pueden afectar gravemente su salud física o mental en la edad adulta, según Haden, quien cuenta con una maestría en Trabajo Social. Las experiencias adversas en la infancia se vinculan a la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, así como a problemas crónicos de salud como la depresión, el asma, el cáncer y la diabetes en la edad adulta, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Sin embargo, a pesar de los altos índices de trauma, el informe de AARP revela que solo alrededor del 20% de las personas LGBTQ+ mayores de 45 años acuden a un profesional de salud mental para tratar la depresión o la ansiedad. «Hemos visto un aumento considerable en las llamadas a las líneas de atención para situaciones de crisis, incluidas las líneas especializadas en la prevención del suicidio», señala Haden, quien agrega que también han aumentado las hospitalizaciones por problemas psiquiátricos. «Lamentablemente, la mayoría de los profesionales médicos y de salud conductual no reciben ninguna capacitación sobre cómo apoyar a personas de la comunidad LGBTQ+».
GLMA: Health Professionals Advancing LGBTQ Equality ofrece un recurso valioso: un directorio digital de profesionales de salud (enlace en inglés) que te permite buscar proveedores de atención primaria, especialistas y terapeutas en tu zona que acojan a pacientes LGBTQ+.
La mayoría de los adultos LGBTQ+ se preocupan por no tener suficiente dinero para jubilarse
Casi dos tercios de los encuestados afirmaron tener una buena situación financiera, aunque solo un tercio de ellos calificaron dicha situación de «excelente» o de «muy buena». Sin embargo, resulta más preocupante el hecho de que la mayoría de los encuestados —un 86%— se mostraron preocupados por no tener suficientes ingresos o ahorros para poder jubilarse. Esta preocupación es especialmente marcada entre las personas de 45 a 54 años, así como entre las personas negras y las personas transgénero o de género no binario. Ello podría deberse, en parte, a que la situación laboral de los adultos mayores LGBTQ+ puede ser precaria, según Haden. Si bien la Corte Suprema de Estados Unidos amplió en el 2020 las protecciones contra la discriminación en el empleo, aún existen brechas en dichas protecciones para los empleados de pequeñas empresas o entidades religiosas. «Esta situación no siempre inspira la confianza de poder ahorrar lo suficiente para jubilarse sin problema», dice Haden.
Ante esta situación, SAGE ha lanzado una plataforma de bienestar financiero (enlace en inglés) diseñada específicamente para ayudar a los adultos mayores LGBTQ+ a lograr una situación más estable y reducir su estrés económico. «Hemos visto que la mayoría de quienes participan en este programa logran reducir sus deudas en unos $600 y aumentar sus ahorros», explica Wayland. «Ofrece a las personas la oportunidad de evaluar su situación financiera y mejorar su seguridad económica».
Fuente: AARP