Cuáles son los «12 pasos» de Alcohólicos Anónimos para recuperar adictos

«Mi nombre es Pedro y soy un alcohólico».

Es una frase que suena familiar incluso para aquellos que nunca han asistido a una reunión de Alcohólicos Anónimos (AA).

Pedro se presenta así ante los otros 40 concurrentes a la reunión, que tiene lugar una mañana de domingo en una pequeña sala cerca de la principal calle comercial de Newcastle, en el norte de Inglaterra.

La respuesta es una bienvenida al unísono, cálida y entusiasta: «Hola, Pedro».

Quienes están aquí tienen algo en común: su dependencia del alcohol. Aunque vienen de diferentes sectores de la sociedad y tienen distintas ocupaciones e historias de vida.

El formato de la reunión es simple: una presentación, una lectura, el testimonio de un miembro, luego una discusión abierta en la que cualquiera de los presentes puede compartir sus preocupaciones, sus logros o sus pensamientos.

Pedro empezó a tomar a los 11 años.

«Para cuando tuve la edad en que se puede empezar a beber legalmente, yo ya era un visitante habitual de los centros de tratamiento de alcoholismo, iba una y otra vez al médico, una y otra vez me llevaban arrestado a la estación de policía».

Pedro lleva más de tres décadas sin probar el alcohol y atribuye su sobriedad sostenida a su participación en AA.

Los 12 pasos

Todos los miembros mencionan el «proceso de transitar por los 12 pasos» como uno de los pilares del programa de AA.

El primero de esos pasos, publicado cuatro años después de la fundación de la entidad, dice: «Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables».

Los 12 pasos son, en pocas palabras, un plan de recuperación para lograr superar la adicción.

Ese plan incluye la sumisión ante un poder espiritual superior, el reconocimiento del alcoholismo como un problema que no tiene final, la reparación de los daños causados a las personas afectadas por la adicción y un despertar espiritual a través de la oración o la meditación. (Vea la descripción detallada de cada uno de los pasos al final de este artículo).

Fundado por Bill Wilson y Bob Smith en Akron, en el estado de Ohio, Estados Unidos, AA se desprendió de una organización cristiana estadounidense llamada The Grupo Oxford.

El 10 de junio de 1935 fue el día en el que Wilson ayudó a Smith a salir del alcoholismo. En esa fecha Smith tomó su último trago.

Ese elemento social de AA, la importancia del sponsor o padrino del adicto, es tan conocido como sus 12 pasos.

Hoy, Alcohólicos Anónimos se puede encontrar en aproximadamente 180 países y tiene más de dos millones de miembros. Hay más de 123.000 grupos de todo el mundo y la literatura de A.A. ha sido traducida a más de 100 idiomas, describe su sitio web.

De acuerdo a un estudio de 1998, 90% de los centros privados de tratamiento de adicciones se basa en el modelo estadounidense de los 12 pasos.

A cada adicción, su grupo

Los principios han sentado las bases para otros grupos que no tienen vínculos directos con AA.

Entre ellos, Narcóticos Anónimos, el más específico Marihuana Anónimos, Jugadores Anónimos, incluso grupos para adictos al trabajo o el sexo.

Además de los más conocidos para tratar la adicción a la comida, hay otros para quienes sufren el trastorno de acumulación o para quienes tienen una inhabilidad patológica «para cubrir sus propias necesidades materiales». Y para los parientes preocupados por quienes sufren adicciones de toda clase, bajo el rótulo Familias Anónimas.

En algunos pueblos pequeños donde no hay grupos dedicados a un trastorno específico se alienta a los pacientes a que concurran a otra reunión de adictos, aunque sea de otra clase: que los adictos al juego busquen apoyo en una sesión de alcohólicos, por ejemplo.

«Si uno mira el programa de los 12 pasos, la única diferencia realmente se da en la primera parte del primer paso. El resto del programa es un proyecto para la vida», dice Pedro.

«Los 12 pasos (de AA) son muy aplicables a cualquier otra adicción», confirma Amy Krentzman, de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Minnesota, que ha hecho investigación sobre AA y otros programas basados en los pasos.

«Modifican el lenguaje, pero la lógica es la misma… Y tienen el respaldo de otra gente que ya ha transitado esos 12 pasos y ha alcanzado el éxito, lo cual es alentador«.

La mayoría de los grupos ofrece sesiones por Skype, donde la disponibilidad es de 24 horas. «Ahí hay compañeros siempre dispuestos a escuchar y uno dice lo de siempre, ‘Mi nombre es tal y soy adicto a tal cosa'», apunta el coordinador.

La teoría del ayudante

Parte del éxito de estas instituciones se apoya también en la llamada teoría del ayudante, acuñada en los años 60.

Según Krentzman, contar con una persona destinada a asistir al adicto de manera directa suele ser beneficioso para ambos: da al padrino una sensación de bienestar que ayuda en su propio proceso dado que muchos de ellos son también adictos en recuperación.

Muchas películas y series de TV, de «The Sopranos» a «Mad Men», «House of Cards» o «The West Wing», retratan la relación entre el adicto y su espónsor. Muchas veces, los primeros reciben apoyo emocional y espiritual, además de la guía práctica, de parte de sus padrinos.

El otro principio es que AA considera el tratamiento como un proceso continuo que nunca termina. Y que se aborda un día a la vez: la meta es ir pasando las tentaciones de a 24 horas, ponerse por meta el día siguiente.

Esto lo diferencia de otros abordajes a la adicción que ofrecen programas cortos y luego dejan al adicto hacer frente a su vida cotidiana sin mayor acompañamiento.

Marihuana Anónimos tiene «exactamente el mismo formato», dice Thomas, un miembro del grupo. «Tiene los 12 pasos y varias historias que demuestran la aplicación práctica de esos pasos, de gente que ha pasado por la experiencia y se ha mantenido sobrio desde entonces».

No es para todos

Pero estos grupos que siguen la propuesta de AA no cuentan con el apoyo de la organización central, que se maneja a través de Alcoholics Anonymous World Services (AAWS), dueña de los derechos de autor.

AAWS sí otorga permiso para el uso de los 12 pasos.

Y los principios tienen sus detractores, claro está. Muchos critican el elemento cuasi religioso; otros, el énfasis en la abstinencia absoluta más que la opción de un consumo moderado y controlado.

Un filme, titulado «The 13th Step», denunció supuestos casos de abuso sexual cometidos por integrantes de AA que tuvieron por víctimas a adictos asistentes a las reuniones.

Pero tal vez la mayor crítica proviene de quienes quieren evidencia concreta de que este programa ampliamente aceptado alcanza resultados reales.

«La evidencia muestra que funciona muy bien para algunas personas», dice Krentzman.

Una revisión de todos los estudios científicos que se han hecho sobre la tasa de éxito de AA, publicada en 2006, encontró que «ningún estudio experimental demostró de manera unívoca la eficacia de AA«.

Lance Dodes, un especialista en abuso de sustancias, escribió en un libro sobre los 12 pasos: «Alcohólicos Anónimos fue proclamado el tratamiento correcto contra el alcoholismo hace 75 años, pese a la falta de evidencia científica sobre la eficacia de su método y desde entonces hemos seguido sosteniéndolo como válido».

En la reunión de domingo en Newcastle, los 40 asistentes se sientan, escuchan y cuentan historias de adicción. Hay apretones de mano y conversaciones amigables, compasión, sonrisas y bromas compartidas.

Uno a uno van saliendo cuando termina la cita: en la calle se mezclan con los muchos transeúntes y sus bolsas de compras y se ven como unos más en la multitud. Pero en sus mentes llevan un peso extra: el del compromiso en 12 pasos, que los acompañará hasta que toque renovarlo la próxima semana. Una semana a la vez.

Los 12 pasos de AA

  • Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
  • Llegamos a creer que un poder superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio.
  • Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de dios, según nuestro propio entendimiento de él.
  • Sin temor, hicimos un sincero y minucioso examen de conciencia.
  • Admitimos ante dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.
  • Estuvimos enteramente dispuestos a que dios eliminase todos estos defectos de carácter.
  • Pedimos a dios humildemente que nos librase de nuestras culpas.
  • Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.
  • Reparamos directamente el mal causado a esas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.
  • Proseguimos con nuestro examen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas al momento de reconocerlas.
  • Mediante la oración y la meditación, tratamos de mejorar nuestro contacto consciente con dios y le pedimos tan sólo la capacidad para reconocer su voluntad y las fuerzas para cumplirla.
  • Habiendo logrado un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras personas y practicar estos principios en todas nuestras acciones.
Fuente: BBC

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